Según los expertos el día más triste del año es el tercer lunes de enero. Así que ¡Feliz Blue Monday para todos! Tal festividad se la sacaron de la manga en 2005 cuando Sky Travel difundió una campaña publicitaria para fomentar los paquetes vacacionales que habían bajado durante el último año. Contaron con el apoyo del psicólogo Cliff Arnall que desarrolló una ecuación matemática para medir la tristeza. No vamos a describir, comentar o reproducir aquí la ecuación, nosotros siempre fuimos más de letras que de ciencias. Se supone que la vuelta a la rutina, la falta de vacaciones hasta Semana Santa, la cuesta de enero y demás, hacen que este sea el día más triste del año.
Pero el auténtico Blue Monday viene de lejos y, desde luego no es un producto de marketing. En tal caso sería un producto sacado directamente de las tripas de Factory Records; y todo lo que conllevó la publicación del single de 12 pulgadas más famoso de la historia también fue “muy Factory Records”.
New Order nunca ha llegado a confirmar de qué trata exactamente la canción, pero tampoco hace falta hilar muy fino para descubrir que fue domingo el día que Ian Curtis puso fin a su vida, el pasado 18 de mayo de 1980. El día siguiente a su muerte, un fatídico Blue Monday, el resto de componentes de Joy División tuvieron que hacer de tripas corazón y seguir adelante mirando hacia un nuevo horizonte.
En 1981 publicaron Movement con más pena que gloria, el disco no fue bien recibido por el público ni la crítica. Al mismísimo Bernard Sumner tampoco le gustó, lo expone así en su biografía: “No tengo buenos recuerdos de Movement, y ciertamente está lejos de ser mi álbum de New Order favorito. Lo oí una o dos veces después de estar terminado y decidí que no me gustaba”. Analizando el disco con el beneficio del tiempo, puede que entonces no tuviesen claro hacia dónde tenían que ir para separarse de la alargada sombra de Joy División y definir de forma clara su camino.
Tuvieron que pasar casi tres años para que de verdad New Order encontrase un nuevo horizonte tras ese famoso día siguiente. El famoso, renovador y rompedor Blue Monday. Porque seamos sinceros, el punto de inflexión tras la muerte de Ian Curtis y el nuevo rumbo de la banda no fue que se cambiasen de nombre, que Bernard Sumner se encargase de las voces ni tan siquiera el lanzamiento de Movement con ecos aún Post Punk y un incipiente sonido electrónico. El verdadero antes y después para New Order lo marcó esa canción que roza los siete minutos y medio y que no tiene una estructura al uso de estrofa-estribillo-estrofa: Blue Monday, el genial nexo entre el post punk, el mundo alternativo y la new wave.
Habían pasado tiempo en Nueva York y les había dado tiempo a empaparse de todos los nuevos sonidos que les ofrecía la ciudad, o la influencia de DJ como Arthur Baker. Sin ellos saberlo cuando la componían, esa canción creó el futuro, determinó la línea a seguir en su carrera e inspiró a cientos de artistas posteriores; asentó además las bases de la electrónica moderna y se convirtió por derecho propio en uno de los mejores clásicos de Synth-pop de la historia.
Blue Monday cambió la música para siempre y tras casi 40 años de su lanzamiento sigue sonando fresca y atemporal; como casi cualquier canción de New Order. Mira hacia el futuro, pero se inspira en el pasado. Nadie mejor que Bernard Sumner para hablar de la canción, lo cuenta detalladamente en su biografía New Order, Joy Division y yo: “Blue Monday fue la cúspide de ese proceso de aprendizaje y se convertiría también en la cúspide de nuestro éxito comercial; es el maxi-single más vendido de todos los tiempos […] Reuniendo todo cuanto habíamos aprendido sobre tecnología, los nuevos sonidos que habíamos oído en Nueva York y las grabaciones y cintas que me habían dado, teníamos la excitante combinación de factores que hicieron posible Blue Monday […] Teníamos una flamante caja de ritmos, una Oberheim DMX que acababa de salir, y lo conectamos a un pequeño secuenciador Powertran 1024 Composer que yo había construido. Pedí a Steve que programara el ritmo, y él añadió algunas partes extra, mientras yo pensaba en una línea de bajo. Tenía You Make me Feel (Mighty Real) de Sylvester rondándome en la cabeza, así que decidí intentar algo inspirado en eso”. No fue la única canción en la que se inspiraron, también en Our Love de Donna Summer, el Dirty Talk de Klein & MBO o Uranium de Kraftwerk.
Gillian Gilbert confirmó en una entrevista para The Guardian que ella es la culpable del ritmo descompensado con el secuenciador, pero bendito accidente. Hoy la canción es la más reconocida de su carrera y el maxi-single más vendido de la historia. También parte de esa culpa la tiene Peter Saville, y aquí es donde viene la segunda parte de la historia de Blue Monday, aquello “muy Factory Records” que decíamos al principio.
Peter Saville es quién está detrás de la icónica funda troquelada que emula un disquete de 5 ¼. El color negro de la carpeta contrasta con la funda plateada que se veía en el interior y con el código de colores de uno de los extremos. No había más información que esa, ni título de canción o nombre de grupo. Solo en el canto del disco viene la leyenda FACSEVENTYTHREE. Más adelante ese código de color pudo descifrarse gracias a la contraportada de Power Corruption and Lies.
El Fac73 salió a la venta el 7 de marzo de 1983, con The Beach en la Cara B del maxi-single de 12 pulgadas. Al principio a nadie en las oficinas de Factory Records le importó que fuese extremadamente cara la fabricación de la funda troquelada del disco, tampoco debían confiar en que la canción se convirtiera en un éxito. Pero lo fue, y gracias en gran parte a España y a Mario Pacheco de Nuevos Medios, que se encargaba de la distribución. Los ingleses veraneaban en nuestras playas y aquí sonaba la canción en todas las discotecas, después a su vuelta la pedían allí y la canción volvió a meterse en las listas y llegó a ser el éxito que es hoy en día: el maxi-single más vendido de la historia. Así surgió el mito de que Factory Records perdía dinero con cada copia troquelada que se vendía. Después se adaptó el formato a una funda más barata: negra sin troquelar, manteniendo el código de colores, eso sí.
Como decíamos, Blue Monday, es su canción más famosa, pero, curiosamente, no está en ninguno de los discos de New Order, solo está en recopilatorios y directos; aunque es cierto que se incluyó en algunas tiradas limitadas de cassette y CD de Power Corruption and Lies en Australia y Nueva Zelanda. Además, ha sido versionada y remezclada hasta la saciedad, basta con poner “Blue Monday” en el buscador de Spotify. Quizá la única que nos gusta es la de Nouvelle Vague.
Por cierto, os dejamos un video por si queréis escuchar la canción con tecnología 8D. Solo poned auriculares a todo volumen y disfrutad.
*Extractos sacados de Sumner, Bernard (2015) New Order, Joy Division y yo, Madrid, Sexto Piso.