Estar en La Riviera viendo un concierto, para nosotros, es como estar en casa. Desde luego es la mejor sala en Madrid, pese a la dichosa palmera; aunque eso incluso le da un toque especial. Interpol, esas dos noches de febrero, también nos hizo sentir como en casa. I love the way you put my in the big house, como dice Specialist, quizá la gran ausente de las dos noches; aunque sea una Cara B. Aun así, los neoyorkinos dieron dos conciertos majestuosos.
La primera noche la sala se llenó hasta la bandera. Las entradas agotadas desde hace meses provocaron que tuviesen que programar una segunda fecha. El público, ambos días, estuvo haciendo cola desde varias horas antes; nosotros no recordamos una cola así desde tiempos anteriores a la pandemia.
Water From Your Eyes, la banda de electro-pop, también neoyorkina, fueron los encargados de abrir las dos noches y de acompañar a Interpol durante toda la gira entre España y Portugal. Lo único que recordamos de ellos es mucha distorsión y ruido de bar durante todo el concierto; no obstante, se merecen una escucha y el público una pequeña amonestación por ese “ruido de bar”. No es excusa, pero los importantes eran Paul Banks, Daniel Kessler y Sam Fogarino.
Ya ha pasado una semana y nos ha dado tiempo a asimilar todo lo que vivimos esas dos noches en Madrid. No veíamos a Interpol desde aquel concierto en Dcode donde dieron repaso a Turn On The Bright Lights en orden. Aquello fue mágico, pero nada que ver con lo de estas dos noches. La excusa de esta gira, como no, era la puesta de largo de The Other Side Of Make-Believe, su séptimo álbum. Pero, lo que en realidad dieron, fue un repaso a toda su discografía. En especial de Antics. A falta de Length of Love y A Time to Be So Small, entre las dos noches tocaron el álbum completo. No nos quejamos, es más: lo celebramos. Pese al hype de TOTBL, Antics, es nuestro disco favorito de Interpol.
Una de las canciones más celebradas de las dos noches fue My Desire. La banda la ha recuperado en esta gira después de casi una década de ausencia en sus directos. De hecho, fue la única canción que tocaron de El Pintor. If You Really Love Nothing también fue la única canción que tocaron de Marauder, pero a cambio nos dieron las sorpresas de tocar Public Pervert, Take You On A Cruise, Lights, o No I In Threesome. Algunos fans se fueron decepcionados la primera noche por la gran ausencia de PDA, pero no pudieron obviarla en la segunda fecha.
La ejecución de todas las canciones fue perfecta. Prueba de ello es Pioneer To The Falls. Y es que la melancolía que desprenden los punteos de Daniel Kessler combinan a la perfección con el juego de luces que hay en esta canción, incluso en el concierto entero. Con muy poco consiguen crear un ambiente íntimo, mágico y especial. Sobrio, pero a la vez conmovedor, elegante. Interpol es perfecto para estar sumido en tus pensamientos. Para una tarde de vinilos y vino, porque “life is wine” como dice No I In Threesome.
La resaca se nos ha pasado, pero la sonrisa en la boca aún no.