26 de septiembre, La Riviera. Madrid
Amamos Mánchester por encima de todas las cosas, pero no hay que restarle valor e importancia musical a Liverpool. La ciudad del Mersey va más allá de los Beatles aunque no lo creáis. Uno de esos icónicos grupos que han salido de allí es Echo & the Bunnymen y la banda se dejó caer por Madrid el pasado 26 de septiembre.
Desde luego que no podíamos eludir la cita: los Bunnymen son una de esas espinitas que teníamos clavada por no haberlos podido ver aún en directo. Así que estuvimos puntuales en La Riviera, nuestra segunda casa, poco después de que abriesen puertas. Debimos de ser de las pocas ¿cincuenta personas? que entramos pronto para disfrutar de los teloneros. Los de esa noche fueron REYKO, un dúo Synth Pop totalmente desconocido para nosotros. Nos recordaron a Water From Your Eyes, otro grupo que también vimos sobre el mismo escenario teloneando a otra banda. El ambiente era desolador, aunque REYKO intentaban conectar con los pocos que nos encontrábamos allí. De hecho, hasta que no quedaban escasos minutos para que los de Liverpool diesen comienzo, la sala no empezó a llenarse. También hay que tener en cuenta que era martes, día laboral; y que, por lo general, los currelas no terminamos de trabajar hasta las siete de la tarde. Súmale a eso llegar a Riviera y aparcar, que ahora todo el barrio es para residentes.
No vamos a negar que teníamos unas ganas infantiles de ver a los Echo & the Bunnymen. Tampoco podemos negar que nos poseía un miedo atroz imaginando que el concierto de Madrid sería igual de desastroso, a juzgar por los comentarios en redes sociales, que el que ofrecieron en el Visor Fest días antes de nuestra cita. Pero nada más lejos de la realidad. Los Echo salieron puntuales al escenario, sin ningún artificio o decoración, solo Ian McCulloch y Will Sergeant al frente; no se necesitaba nada más.
Empezaron a sonar los primeros acordes de Going Up. Los ramalazos Post Punk se mezclaban a la perfección con la voz de Ian McCulloch; algo ronca, eso sí. ¿Quizá arrastrando aún los excesos del Visor Fest? La segunda en sonar, sin prácticamente darnos tregua para respirar, fue Rescue. El público estaba pletórico y los de Liverpool también. Se notaba que Ian tenía el día simpático, incluso intentó chapurrear castellano en alguna ocasión; aunque el tipo estuvo escondido tras unas gafas de sol durante todo el concierto; la imagen de enfant terrible y de estrella del rock nunca se pueden perder.
Los Bunnymen tuvieron, quizá, poca conexión con el público, pero a los asistentes nos dio igual: solo queríamos disfrutar de las canciones emblemáticas de la banda, y ellos no nos defraudaron. Fue un concierto corto pero intenso, cargado de Greatest Hits. De hecho, de Songs to Learn & Sing, su recopilatorio, tocaron 11 canciones de las 15 que tocaron en total. Sí, en Madrid hubo un segundo bis. Así que podemos decir, por todo lo alto, que Echo & the Bunnymen nos regalaron un concierto de grandes éxitos. Momentos memorables de la noche fueron Bring On The Dancing Horses o Seven Seas, donde la banda encaró la mitad del concierto.
Cuando a Ian le fallaba la voz, que no fueron pocas veces, ahí estaba el público para respaldarle y cantar a viva voz, como el magnífico medley de Nothing Lasts Forever con Walk on the Wild Side. Con Bedbugs and Ballyhoo, que podrían haber compuesto fácilmente los Happy Mondays, nos lanzamos a bailar. Llegó el turno de The Killing Moon, quizá la canción más representativa —y reproducida— de la banda, y el público lo celebró por todo lo alto. Reconocemos que siempre le tuvimos algo de tirria a esta canción y nunca supimos apreciarla como se merecía. En Riviera nos dimos una bofetada bien fuerte en toda la jeta cuando la canción empezó a sonar y asumimos lo equivocados que habíamos estado a lo largo de todos estos años.
Con The Cutter, disfrutamos de la apoteósica interpretación de Will Sergeant, quizá fue nuestra favorita en directo junto a Seven Seas. Parecía que el broche final de la noche lo iba a poner Lips Like Sugar —innecesariamente alargada al final para nuestro gusto—, pero Echo & the Bunnymen nos regaló Ocean Rain para acabar el concierto. Quizá sí es cierto que Ian McCulloch se encontraba agusto.
Desde luego que aquellas ganas infantiles, de las que os hablábamos al inicio, se vieron resarcidas; aunque nos faltaron muchas canciones que nos gustan como Back to Love, I’ll Fly Tonight o I Want to Be There. Hubo momentos en que parecía que la banda tocaba en piloto automático; quizá tienen el espectáculo tan interiorizado que podrían ejecutarlo hasta con los ojos cerrados. No es una mala crítica ¿eh? Es simple admiración por el buen saber hacer de la banda y la completa complicidad musical entre ellos. Pero es que Echo & the Bunnymen lleva más de cuarenta años subidos a un escenario y se nota.
- Going Up
- Rescue
- All That Jazz
- Flowers
- Bring On The Dancing Horses
- All My Colours
- Seven Seas
- Nothing Lasts Forever / Walk on the Wild Side
- Over the Wall
- Bedbugs and Ballyhoo
- Never Stop
- The Killing Moon
- The Cutter
- Lips Like Sugar
- Ocean Rain